La ovodonación
La ovodonación es una técnica de reproducción asistida que consiste en la fertilización in vitro de los óvulos de una donante con el espermatozoide de un paciente y obtener embriones de buena calidad que puedan ser transferidos a la paciente gestante.
Generalmente este tratamiento termina siendo la última opción para algunas parejas, ya que resulta ser una decisión muy difícil en especial para la futura mamá, ya que se trata de de los óvulos de otra mujer. Sin embargo ella puede ser la gestante y parir a su futuro hijo.
En muchos casos estas personas no cuentan con óvulos propios, en el caso de las mujeres puede ser debido a la edad biológica avanzada entre otros factores, o en el caso de los hombres porque naturalmente no cuentan con ovarios para la producción de óvulos.

En cualquiera de los casos la fecundación in vitro con óvulos donados permite que estas personas logren su ilusión de ser padres.
¿Quién es la madre biológica en un tratamiento de ovodonación?
Es muy común encontrarse con preguntas como ¿quién es la madre biológica en un tratamiento de ovodonación? Lo cierto es que el 50% del material genético del bebé será de la donante de óvulos y el otro 50% del padre o quien aporte los espermatozoides. En este sentido quien geste al bebé no transferirá material genético al niño pero si podrá vivir la experiencia de la maternidad como llevar su bebe por nueve meses y dará a luz a su hijo.
Por su parte estás pareja pueden sentirse seguras con respecto a la calidad de los embriones ya que las donantes de óvulos son mujeres sanas, que han tenido que pasar por una serie de exámenes médicos que la hacen apta para la donación.
Tales como pruebas psicológicas; para descartar cualquier tipo de enfermedad mental que pueda ser heredada por el bebé, así mismo exámenes de sangre y de genética, para descartar cualquier enfermedad congénita o de transmisión sexual, con el fin de garantizar la salud del futuro bebé.
Desde Celagem les compartimos esta linda experiencia:
“Gracias a la ovodonación mi esposo y yo quedamos embarazada de la niña más preciosa del universo, y en el primer intento. Nos quedan 4 embriones más y estamos pensando ya darle un hermanito a nuestra pequeña Valeria.
Lo bueno de la ovodonación es que, aunque tengo ya 43 años, mis embriones están sanos y fuertes, en concordancia con la edad que tenía la donante a la hora de donar.
Valeria, además de cambiarnos la vida y llenarnos de alegría nos enseñó que lo que hace una familia no es la genética, es el amor.
