¿La ligadura de trompas o pomeroy es reversible?
La ligadura de trompas de Falopio es también conocida como cirugía pomeroy o solo pomeroy por lo popular del nombre. Este método es utilizado desde 1915 y su nombre se debe al médico que la desarrollo Ralph Pomeroy.
Sin embargo, pomeroy es el método más sencillo y utilizado clínicamente por los médicos, ya que la ligadura de trompas tiene otras formas de realizarse, y cada una posee un nombre distinto. Además, pomeroy es la primera práctica que comenzó a utilizarse en las cirugías como un método anticonceptivo e irreversible. Con el tiempo comenzó a estudiarse la posibilidad de una reversión para decisiones futuras de la mujer.
Este método lo realizan las mujeres que por decisión propia, consideran su planificación familiar satisfecha, o deciden no tener hijos (es poco común este tipo de casos). Recurriendo a la canalización de las trompas de Falopio, esta pequeña cirugía se puede realizar luego de un parto o por una consulta planificada.
La decisión de ser nuevamente madres puede surgir al poco tiempo, o años posteriores. Una nueva pareja, alguna situación personal o el placer de volver a ser madres pueden desencadenar la necesidad de buscar un método para revertir la cirugía de trompas. Encaminando una vía que debe ser secundada por el ginecólogo, dependiendo de las condiciones internas de las trompas.
El porcentaje de mujeres que luego de la cirugía quieren volver a revivir la experiencia, oscila en un 14%, la mayoría por un cambio en sus vidas que les motiva a ser madres nuevamente.
Las circunstancias cambian constantemente, y la paciente puede recurrir a un médico para evaluar sus posibilidades. En caso de tener una pareja, se someterán ambos a pruebas de fertilidad.
La ligadura de trompas es reversible en algunos casos, en los cuales el daño haya sido gradual y permita una unión nuevamente de las dos partes. Existen 3 tipos de ligaduras.
Por sección u oclusión tubárica:
Este es el único método donde la reversión de trompas tiene un 70% de éxito en mujeres con un máximo de 35 años. El médico se encarga de inhabilitar solo una pequeña parte de la zona que une a los ovarios, e imposibilitan la fecundación del óvulo y espermatozoide. Existen dos tipos:
- Ligadura por sección: Este método es el pomeroy, donde se corta una parte de la trompa y se atan los extremos, sellando la zona de flujo.
- Ligadura por oclusión tubárica: Se obstruye la trompa con una grapa o anillo que evita el paso del material genético.
Es el método más sencillo de revertir, porque solo se debe extraer el material que ocasiona la obstrucción o se realiza nuevamente la unión de las trompas con una cirugía mayor.

Inhabilitación de las trompas de Falopio:
Esto ocurre cuando se extirpa la trompa, quedando totalmente imposibilitada de reversión. La razón es que no existe material suficiente para recanalizar el área y juntarla nuevamente con los ovarios. Cuando la extirpación es parcial, es decir, conservan de 4 a 6 centímetros de trompa en perfectas condiciones, se puede probar el método de reconstrucción.
En caso de no lograrse, se procede el embarazo por la fecundación in vitro (FIV).

Extirpación de las fimbrias:
La probabilidad de conseguir un embarazo con este método luego de una reconstrucción, es de un 24%. La extirpación de fimbrias (Es el extremo de las trompas que conectan con el ovario, y tienen forma de pequeños tentáculos que sujetan a los ovarios en su parte superior) consiste es cortar todo el extremo, lo que baja la posibilidad de una recanalización exitosa.
Los pequeños flecos cumplen la función de recoger el ovulo maduro para que se transporte por las trompas hacia el útero.
Las condiciones que debe cumplir una paciente es que las trompas estén en buenas condiciones y haberse realizado una oclusión o sección de las trompas para preservar el mayor porcentaje de éxito. Sin embargo, cada caso es diferente y lo recomendable es visitar al ginecólogo de confianza para establecer un estudio profundo.
Las pruebas que una mujer debe realizarse, con el fin de conocer el estado de alteración, son fundamentalmente:
- La Histerosalpingografía: Aquí se estudia el estado de la cavidad uterina y se determina las probabilidades de éxito en la paciente para volver a ser fértil.
- La laparoscopia: Consiste en introducir una pequeña cámara que muestra el estado de las trompas de Falopio.
Estos casos son utilizados solo para conocer el estado de las trompas. Adicionalmente, se deben hacer estudios que determinen la fertilidad no solo de la mujer, la pareja también debe someterse al mismo examen. En el caso de la mujer las pruebas son, una ecografía y estudio hormonal. En el caso del hombre, con un espermiograma se prueba su fertilidad.

El porcentaje de éxito luego de una reconstrucción de las trompas de Falopio se encuentran entre el 55% de embarazos gestados, la cirugía de reconstrucción puede tardar hasta 2 horas y media, mientras que la ligadura no supera los 20 minutos en cirugía.
En caso de tratarse la reversión o ser un caso técnicamente imposible de reconstruir, la opción segura es la fecundación in vitro, con porcentajes de éxitos mayores, hasta pacientes con más de 35 años pueden optar por esta práctica. De hecho, muchas mujeres optan en primera instancia por la FIV, pasando por alto la cirugía de mayor nivel, y asegurando un embarazo en menor tiempo.