Para hablar de cuidados prostáticos primero debemos hablar de la próstata pues esta forma parte del aparato reproductor masculino, el cual está formado por el pene, la próstata, vesículas seminales y los testículos.
La próstata se sitúa justo debajo de la vejiga y delante del recto. Tiene el tamaño aproximado de una nuez y envuelve a la uretra, la función de la próstata es producir el líquido que forma parte del semen.
Los hombres que planean tener hijos pueden preguntarse acerca de la salud de su esperma. No siempre es un hecho que se tenga esperma saludable. Los factores relacionados con el estilo de vida pueden afectar la calidad del mismo pero hay elementos que pueden ayudar a mejorar la fecundidad.

Patologías de la próstata
El cáncer de próstata, hoy en día, supone la tercera causa de muerte por tumores en hombres en España, después del cáncer de pulmón y el cáncer de colon, motivo por el cual es indispensable un buen cuidado de la salud prostática.
Hay que diferenciar bien cuáles son las dos enfermedades que afectan la próstata, ya que el conocimiento, la prevención y el tratamiento es diferente para cada una de ellas.
En primer lugar, la HPB es la patología más frecuente del tracto genitourinario en hombres, que afecta a más del 50% de hombres de 50 años y puede llegar a superar el 85% en hombres con edades superiores a 90 años. Mientras que, el cáncer de próstata es un cáncer raramente diagnosticado antes de los 50 años debido a que en un 90% de los casos resulta ser asintomático. En 2018 se estimaron 31.728 nuevos casos diagnosticados en España con 139 casos por cada 100.000 hombres.
Pero, ¿Cómo hay que cuidar la próstata?, En primer lugar lo que hay que hacer es cuidar la alimentación, dejar el hábito tabáquico y reducir la obesidad aumentando el ejercicio físico.
Las recomendaciones iniciales se resumen en:
Prevenir infecciones de trasmisión sexual. Las infecciones de trasmisión sexual, como la clamidia y la gonorrea, pueden causar infertilidad en los hombres. Limitar la cantidad de parejas sexuales y usar siempre un preservativo para las relaciones sexuales, o tener una relación mutuamente monógama con una pareja no infectada, pueden ayudar en la protección contra las infecciones de trasmisión sexual.
Controlar el estrés. El estrés puede perjudicar la función sexual e interferir en las hormonas necesarias para producir esperma.
Moverse. La actividad física moderada puede aumentar los niveles de enzimas antioxidantes poderosas, que pueden ayudar a proteger el esperma.
Factores que no ayudan en el cuidado de la próstata
El esperma puede ser especialmente vulnerable ante factores ambientales, como la exposición a calor excesivo o sustancias químicas tóxicas. Para proteger la fertilidad:
No fumes. Los hombres que fuman cigarrillos son más propensos a tener un bajo conteo de espermatozoides. Si fumas, pídele al médico que te ayude a dejarlo.
Limita el consumo de alcohol. El consumo excesivo de bebidas alcohólicas puede disminuir la producción de testosterona y esperma, y puede generar impotencia. Si optas por beber alcohol, hazlo con moderación. Para los adultos sanos, beber con moderación significa una copa al día para las mujeres y dos al día para los hombres.
Evita el uso de lubricantes durante las relaciones sexuales. Aunque aún es necesario investigar más sobre los efectos de los lubricantes en la fertilidad, considera evitar su uso durante las relaciones sexuales.
Ten cuidado con las toxinas. La exposición a pesticidas, plomo y otras toxinas puede afectar la cantidad y la calidad del esperma. Si tienes que trabajar con toxinas, hazlo de manera segura. Por ejemplo, usa vestimenta y equipo de protección, como gafas de seguridad, y evita el contacto de las sustancias químicas con la piel.

Para evitar la hipertrofia benigna de próstata (HPB) es recomendable evitar el consumo de alimentos picantes y reducir o evitar la ingesta de bebidas alcohólicas, debido al efecto diurético e irritante que tienen a nivel vesical que afecta negativamente a la frecuencia y urgencia de las micciones, así como en la nocturia.
Mientras que, respecto al cáncer de próstata, no existen evidencias científicas que confirmen que un cambio de alimentación pueda prevenirlo, pero sí se sabe que el cáncer de próstata se vincula más a un consumo de grasas saturadas, que favorecen el crecimiento de los cancerígenos que afectan directamente en la próstata. De esta manera, las dietas ricas en grasas animales, carnes rojas, ácido omega 3, suplementos de cinc y pobres en vegetales, en particular de brócoli y coliflor, pueden estar relacionadas con el desarrollo de cáncer de próstata.
Por contra, la ingesta de soya y productos derivados de la misma, el licopeno, un antioxidante rico en el tomate y el consumo diario de café podrían ser factores protectores frente al cáncer de próstata.
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